Wallace Skinner

-Nombre del personaje: Wallace Skinner
-Edad: 13
-Raza: Humano
-Poder: Invisibilidad aleatoria. Su cuerpo se vuelve completamente invisible sin que pueda tener control sobre ello. La única parte visible es el iris de sus ojos, lo que le permite ver. Este detalle, sin embargo, es casi imposible de apreciar.
-Descripción física:
Wallace es un muchacho desarrollado para su edad, debido a una vida sin raíces que le ha hecho crecer con rapidez. Mide en torno a 1'70m, y es poco musculoso. Sin embargo, tiene gran velocidad en carrera, entrenada gracias a sus frecuentes huidas. En estado visible tiene el pelo negro, corto, y frecuentemente alborotado. No se suele preocupar por su aspecto, y tiende a parecer desgarbado. Sus ojos son de color marrón oscuro, y su sonrisa tiene un toque de rebeldía y prepotencia que le suele traer problemas. Sus manos son delgadas, y alargadas, y tiene agilidad en ellas. Esto le capacita para el "juego de manos", uno de sus pasatiempos habituales.
-Descripción psicológica:
Es un chaval desarraigado y caótico. No tiene respeto por la autoridad, y sus diversiones le traen problemas. Carece de un modelo de conducta estable. Aunque está físicamente desarrollado, su mente es inmadura, casi infantil. Esconde sus verdaderos sentimientos, puesto que le gustaría estar más integrado en su sociedad, pero su arrogancia y sus capacidades especiales le quitan esta idea de la cabeza. En el fondo envidia al mundo, y desearía ser normal.
-Historia:
Wallace es nieto de un científico, el Dr. Griffin, quien fue el primer inventor de la fórmula de invisibilidad. Se usó como experimento de pruebas a sí mismo, y falló en la búsqueda del poder. Esto le volvió loco, y comenzó a cometer actos malvados. Encontró su muerte, si bien antes completó numerosas fechorías. Entre estas se encuentra la violación de una bella mujer inglesa, que conservó al niño a pesar de la forma en la que había sido engendrado. Este niño, de nombre Rodney, sería el padre de Wallace.
En principio su infancia fue normal, hasta que ocurrió el primer ataque. Estando en mitad de un juego infantil en el parque, su cuerpo se volvió completamente invisible. Su madre quedó traumada, rememorando el momento de su ataque, y se lo llevó de allí antes de que otras madres lo notaran. Pensando en el futuro que le depararía, tomó la decisión de que debía acabar con su vida para evitarle sufrimientos. Justo cuando iba a atravesar su garganta con el largo cuchillo de cocina, el niño volvió a la normalidad. La mujer se dio cuenta entonces de lo que estaba a punto de hacer, soltó el cuchillo y comenzó a llorar. Sucesivos ataques se repitieron a lo largo de los años, cada vez con más frecuencia, la solución que tomaron fue coserle un traje que ocultara todo su cuerpo, haciendo ver que el joven Rod tenía una extraña enfermedad en la piel que le impedía entrar en contacto con la luz. A pesar de estas limitaciones, Rodney salió adelante. Llegó a cursar estudios de genética superior en Oxford, en busca de una solución para su "enfermedad". Durante su periodo universitario conoció a Adeline, la mujer con la que compartiría su futuro. También en este tiempo, los ataques dejaron de ser intermitentes para pasar a un periodo de permanencia. Adeline aceptó a Rodney cuando le enseñó su verdadero problema, pues le quería por encima de todo esto. A pesar de la inicial negativa de Rodney, que preveía los problemas que traería, Adeline y él decidieron tener un hijo. Su vida estaba completa.
Sin embargo, la felicidad acabó, como tantas otras veces a lo largo de la historia, en catástrofe. Una noche, el llanto del joven Wallace atrajo a los vecinos a la casa de la feliz pareja. Encontraron al niño junto a su madre asesinada, y el padre había desaparecido. No se supo que había pasado, aunque testigos afirmaban haber oído gritos y un coche alejarse con velocidad de la casa. La versión de la policía fue que el marido había asesinado a la esposa y había huido, al darse cuenta de lo que había hecho. El infante fue entregado a un orfanato de monjas que había por la zona, y todo el mundo olvidó el terrible suceso. De este modo, pasaron los años. Wallace fue un niño problemático, que siempre trajo de cabeza a la madre superiora. Se saltaba las clases para divertirse, y se pasaba más tiempo castigado que en libertad. Así seguía hasta que llegó el terrible e inevitable suceso. Pocos meses después de su decimosegundo cumpleaños, en mitad de una de las numerosas charlas que la Madre Superiora le daba sobre la integridad moral, su piel se tornó de pronto transparente como el propio aire. El niño comenzó a gritar, y la monja abrió los ojos con espanto. Pero la madre superiora sabía más de lo que parecía sobre casos similares. Contactó con un entendido en temas paranormales, el doctor Charles, quien se llevó al niño. Tras unos cuantos análisis infructuosos, detectaron en su sangre trazas de un compuesto que reaccionaba con sus moléculas dándole esta increíble propiedad. El doctor creía firmemente que dado el estado de disolución del compuesto, Wallace podría llegar a controlarlo, y por ello decidió mandarle a un centro en el que le enseñarían a responsabilizarse con sus habilidades y convertirle en alguien útil para su sociedad.
-Hobbies/Rarezas/Detalles:
Le gusta robar, leer, los trucos de magia, y, según el momento, cualquier otra cosa. Tiene una increíble habilidad para atraer problemas, y otra aun mayor para generarlos. Sin embargo, hasta ahora ha salido indemne, y piensa seguir con ello.