Hogar, dulce hogar

Zarhia

Entre en la habitacion y deje el ataud encima de la cama. Lo abri y saque toda la ropa que habia dentro, asi como algunos otros objetos personales que deje encima de uno de los escritorios y la mesilla de noche. Espere que a mi compañera no le importara que eligiera mis pertenencias sin su presencia, pero no era mi culpa que ella no estuviera. Lentamente acomode todas las cosas en el armario, y lo unico que quedo dentro del pequeño ataud forrado de un caro terciopelo rojo era un tubo cilindrico de plata con grabado en relieve. Dentro de el esperaba ansiosa de que la volviera a tocar una preciosa flauta travesera tambien de plata.

Dado que era el primer dia y nada indicaba que fuera a pasar algo interesante, y tambien porque llevaba como una semana sin "dormir" decidi encerrarme en el ataud. No es que realmente necesitara dormir, pero ese dia -especial y odiosamente soleado- me habia entrado una especie de soporra increible, como a los humanos despues de comer. Hablando de comer, mientras me tumbaba en el ataud me pregunte que tal sabria la sangre de aquel lugar. Donantes... Seguro que seria como comer rata. Era bastante probable que me escapara alguna noche para beber sangre fresca, quiza de alguno de esos niños que se creen rebeldes y guays despues de fugarse de cara, si, seguramente. Me recogi la falta y cerre la tapa, pero sin echar los 3 cerrojos interiores, era poco probable que abrieran el ataud. ¿Al fin y al cabo, que clase de inconsciente se atreveria en hurgar en el ataud de un Vampiro cuando estaba cerrado?

Después de mirar el numero correcto en el folleto, abri la perta con delicadeza ( por si me habia vuelto a equivocar) y observe que no había nadie, asi que entré. Me llamo la atención un ataud sobre una de las camas y dejé las maletas en el suelo al lado de la que parecía libre, buscando a la propietaria de las cosas miré en el armario, el baño, debajo de la cama y en los cajones del escritorio y mesilla. como no habia nadie y siempre tube curiosidad por saber que había en un ataud de vampiro, levanté la tapa levemente y observé que habia una chica dentro, me asusté y retrocedí pero era demasiado tarde, me había descubierto.....

Me alce, sujetando con una mano la tapa (aun recuerdo ocasiones en los que la tapa me golpeaba la cabeza por no sujetarla adecuadamente, haciendo el ridiculo delante de mortales e inmortales por igual) y con la otra le agarre una mano, mostrando los colmillos en una mueca. Por lo visto si habia alguien capaz de fisgonear en el ataud de un Vampiro.
-¿Como osas turbar mi descanso? -gruñi, sin dejar de mostrar los colmillos.

le mire con cara indiferente y le dije. - como no estabas por ningun sitio, queria ver que teneis los vampiros en los ataudes y fijate tu que lo que me encuentro es.... un vampiro, a por cierto si me coges asi harás que me cabree- . La miré con cara amenazante y entre dientes dije con un poco de burla. - ¿ donde estan la elegancia y finura propios de un vampiro?-.

-¿Elegancia y finura? ¿Que te pareceria a ti que abriera la puerta del baño cuando te estas duchando? Es un atentado contra mi intimidad -me levante y me alise el vestido -Ademas, ¿que esperabas encontrar en eñ ataud de un Vampiro? ¿Una Barbie o un peluche? En fin, veo que solo eres una cria, pero no te atrevas a hacerlo de nuevo, ¿entendido?

- ¡señora, si, señora! -. respondí con un poco de burla, desice las maletas y al terminar le dije. -bueno... me voy que tengo a mi hermano esperando en el jardín, hasta pronto.... ¿como te llamas?-.

-Me llamo Zarhia -dije.
La observe salir y olfatee el aire.
-Ay, estos licantropos. Menuda criatura -negue con la cabeza mientras me acercaba a la ventana -. Nunca aprenderan a comportarse como es debido... Pero supongo que no es su culpa, al fin y al cabo no tienen tanto tiempo para aprender.